La construcción, importante industria generadora de carga, tuvo un crecimiento moderado en su valor de producción, de 3.0% anual, entre enero y agosto de 2024, desde el alza de 22.9% vista en igual lapso de 2023, refieren datos de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC). 

Sin embargo, hay estados que destacan por el ritmo de crecimiento del valor de producción de la construcción, se trata de Durango, Puebla, Guerrero, Nuevo León y Colima.

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En Durango, el valor de producción incrementó 82.2% anual entre enero y agosto, muy por encima del ritmo de valor nacional. El mayor dinamismo se encuentra en las obras de agua, riego y saneamiento, con un alza de 347.8% respecto al valor de igual lapso de 2023. 

El indicador de la ENEC, que no considera los efectos de la inflación dentro de la construcción, muestra que la edificación también tuvo un importante avance, a agosto pasado, de 88.3% anual, en Durango. 

Obras de transporte y urbanización impulsan a la construcción en Puebla

Para el caso de Puebla, donde el valor de producción de la industria de la construcción incrementó 75.2% anual, en el lapso de referencia. 

Las obras de transporte y urbanización tuvieron un papel destacado, con un crecimiento anual de 220.8%; le siguen los proyectos de electricidad y telecomunicaciones, que avanzaron 154.3% anual en su valor. 

Los efectos de la reconstrucción en Guerrero

En Guerrero, estado impactado por huracanes donde el Gobierno y la iniciativa privada mantienen labores de optimización, el valor de la producción avanzó 75.2% a agosto de este 2024. 

Las obras que muestran el mayor ritmo de crecimiento son las referentes al agua, riego y saneamiento, con una variación de 125.2%; y la edificación, con 115.3% anual, entre enero y agosto. 

Infraestructura y edificación, el brazo fuerte de Nuevo León

Nuevo León, donde se han emprendido distintos proyectos de infraestructura carretera, son precisamente las obras de transporte y urbanización las que muestran mayor ritmo, de 55% anual, en el periodo referido. 

En segundo lugar, se ubica la edificación, con 48%, aquí es donde se observa el impacto del nearshoring, pues incluye obras de la manufactura como parques industriales, comercios y servicios. 

Los proyectos de agua, riego y saneamiento también destacan con una variación de 36%, entre enero y agosto de este 2024, frente a igual periodo de un año atrás. 

En Colima, el valor de la producción generada por la construcción avanzó 35.7% anual, de acuerdo con el índice de la ENEC, publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

Las obras con mayor ritmo de crecimiento en el estado son las de electricidad y telecomunicaciones, con una variación de 89%; seguidas por el transporte y la urbanización, con 52.7% anual; y la edificación, con un crecimiento de 42%, a agosto pasado. 

Construcción vs. niveles de 2019

Al hacer un repaso más global, que permita ver la evolución del valor generado por la construcción, de 2019 –la denominada prepandemia– a agosto de este 2024, este indicador apenas es 2.7% superior. 

Por estados, los mayores avances, entre enero y agosto de este año frente a igual periodo de 2019, son para Quintana Roo, con 263%; Oaxaca, con 147%; Campeche, con 143% y Baja California, con 121%, también sin considerar los efectos de la inflación. 

Deterioro de la construcción 

A tasa anual, el valor de la producción generada por la construcción acumuló en agosto cuatro meses de retrocesos. Esto muestra el deterioro de este generador de carga y hacia delante las expectativas lucen moderadas. 

Esta industria, que impacta a 185 ramas productivas de la economía nacional, se ha visto afectada por el fin de los proyectos insignia del Gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador. 

Ello explica la pronunciada desaceleración de 22.9%, entre enero y agosto de 2023, a 3.0% en los mismos meses del presente año, de acuerdo con los estimados propios obtenidos con datos de la ENEC. 

En ese último periodo, el valor de la construcción provenientes del sector público o gasto del gobierno cayó 3%, mientras que el del sector privado avanzó 7.6%, aquí se explica por la menor inyección de recursos públicos. 

Expectativas

La expectativa es que la reducción del déficit fiscal planteada por la presidenta Claudia Sheinbaum para 2025, que repercute en un menor gasto, impactará la obra pública. En la mira está cuánto se permitirá invertir a las empresas privadas para desarrollar proyectos en la construcción. 

Además, “hay mucha cautela entre los inversionistas, lo que puede significar una disminución en la inversión en construcción del sector privado”, de acuerdo al análisis que comparte Banco BASE. 

A lo anterior se suma la prevalencia de elevadas tasas de interés y la falta de infraestructura en energía eléctrica y agua, que frena la construcción en algunas entidades federativas.

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