El comercio al por mayor y al por menor es el principal movilizador de carga en el país y es un importante motor de la economía al aportar 18.2% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, de acuerdo con el Sistema de Cuentas Nacionales; en cambio, su desempeño está amenazado por los efectos de una elevada inflación en la economía de los hogares mexicanos.
Una muestra clara de los efectos de la inflación es que las familias tuvieron que destinar, en marzo pasado, cuatro pesos más por cada kilogramo de tortilla adquirido para su alimentación, respecto a igual mes de 2021, cuando su costo promedio era de 16 pesos el kilogramo, refieren datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), de la Secretaría de Economía (SE).
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Este gasto extra en la alimentación se replica en los precios del aguacate, limón, pollo y otros alimentos, así como en servicios turísticos, hotelería, restaurantes y los energéticos como las gasolinas y el gas doméstico LP, de modo que la inflación del país tocó un nivel de 7.68% en abril pasado, su máximo nivel desde 2001, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En este contexto, los mexicanos se ven limitados para realizar otras compras fuera de los productos alimentarios y de los servicios básicos, y el sector comercio encuentra en la inflación una limitante que reduce sus ventas y, con ello, la demanda del servicio de carga, como se observa a partir de la segunda mitad de 2021.
Despertar del comercio
El año pasado, el PIB del comercio al por mayor superó en 0.3% su nivel de 2019, y el del comercio al por menor lo hizo en 0.6 por ciento, luego de que el cierre de negocios durante buena parte de 2020 les provocó caídas anuales de 9.4 y 8.5 por ciento en su PIB, respectivamente.
Julián Fernández, jefe de Análisis Financiero en Grupo Bursamétrica, expone en entrevista para TyT que esta recuperación para el sector derivó del ahorro y consumo rezagado de quienes conservaron sus empleos e ingresos durante las restricciones a la movilidad y el cierre de los comercios.
Pasa el confinamiento y había dinero ahorrado en las familias; comienzan a abrir los comercios y ese consumo rezagado fue uno de los principales potenciadores del crecimiento postpandemia que se vio en las ventas de tiendas departamentales, minoristas y otros sectores”.
Julián Fernández, jefe de Análisis Financiero en Grupo Bursamétrica.
Sin embargo, datos de la Encuesta Mensual sobre Empresas Comerciales (EMEC), elaborada por el INEGI, muestran que el ritmo de recuperación de los ingresos del comercio al por mayor y al por menor perdió fuerza a partir de la segunda mitad de 2021.
Por separado, Alejandro Saldaña, economista en jefe de Grupo Financiero Bx+, añade que el consumo privado ha reflejado los efectos de la reactivación económica y el regreso al empleo. En cambio, la moderación de los ingresos del comercio también se debe a que el efecto reapertura es cada vez menor.
Al respecto, Julián Fernández señala que esta reducción en el consumo se atribuye a un mayor incremento de la inflación, a partir del tercer trimestre de 2021, factor que genera una expectativa del encarecimiento de los productos, de modo que la población reduce sus gastos en aquellas compras no elementales de la canasta básica.
De hecho, al primer mes de 2022, los ingresos del comercio al por mayor de quienes se dedican a la venta de textiles y calzado; perfumería, cosméticos y joyería; así como juguetería y artículos deportivos, se mantenían por debajo de su desempeño de enero de 2020, cuando la pandemia aún no causaba afectaciones en México, refieren datos de la EMEC.
En contraste, los ingresos del comercio al por mayor por el suministro de abarrotes, alimentos y bebidas; farmacéuticos, productos cuya demanda incrementó por la pandemia de COVID-19; artículos de papelería en un contexto de regreso a clases presenciales; los electrodomésticos menores y de línea blanca, superan ya los niveles de enero de 2020.
Panorama de la demanda ante una elevada inflación
Mientras la COVID-19 y sus variantes sigan causando desajustes en la producción y cadenas logísticas, como sucede en China, y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania se prolongue e incluso se agudice con nuevas sanciones contra el país gobernado por Vladimir Putin, la expectativa es que los precios de los bienes y servicios se mantengan al alza a nivel global.
Grupo Financiero Bx+ prevé que la inflación general de México cerrará el año en un nivel de 5.5 por ciento, mientras que la Encuesta Citibanamex de Expectativas estimó el pasado 20 de abril un nivel de 6.38 por ciento. Lo cierto es que los riesgos se mantienen, los productores enfrentan mayores costos y los consumidores siguen padeciendo un deterioro en su capacidad de compra.
Prevemos que el consumo privado siga creciendo a tasas moderadas en los próximos meses. Si bien la baja en contagios permitirá mejoras adicionales, especialmente en el apartado de servicios, y la recuperación laboral también seguirá dando cierto soporte a la variable, lo que consideramos que será una limitante importante son los altos niveles de inflación, pues esto va erosionando el poder adquisitivo de los hogares”.
Alejandro Saldaña, economista en jefe de Grupo Financiero Bx+.
El jefe de Análisis Financiero en Grupo Bursamétrica, estima que la inflación general cerrará entre un 7.6 y 7.7% este año, con alzas en precios, posiblemente ya no de productos de la canasta básica, sino de textiles e insumos para la manufactura, ante una logística internacional afectada.
Se observará una disminución en el gasto en entretenimiento, porque había mucho consumo rezagado, así como en el tema de los hoteles y restaurantes, para enfocarse en el consumo de bienes de primera necesidad, como alimentos”.
Julián Fernández, jefe de Análisis Financiero en Grupo Bursamétrica.
Una inflación fuera de control deriva en un incremento de la tasa de interés interbancaria del Banco de México (Banxico), la cual se prevé cierre el año en 8.0 por ciento.
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Sobre el aumento en el precio del dinero, ambos especialistas coinciden en que una política más restrictiva, en este momento, no encarecerá los créditos de la banca, ya que se tiene suficiente holgura para soportar las alzas realizadas y las venideras. Es decir, no ven una afectación en el crédito al consumo y en las ventas realizadas por el comercio.
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