Empresas familiares siguen afrontando con éxito los retos que la pandemia ha traído consigo, al mismo tiempo que aceptan nuevos desafíos y oportunidades para encaminarse en inexploradas direcciones.
Esto indica que, pese a las circunstancias, los negocios familiares mantienen vivo el espíritu emprendedor de sus fundadores, logrando el desarrollo tan necesario de nuevas capacidades que les permitan crear valor de manera continua y ampliar sus ventajas competitivas mediante la transmisión de conocimientos de generación en generación.
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En este contexto, un estudio de KPMG México sobre empresas familiares explica que el emprendimiento continuo es fuente de ventajas competitivas a largo plazo, porque se construye sobre la base de dos factores difíciles de imitar: las capacidades y recursos de la familia, y el patrimonio emprendedor de la organización.
De acuerdo con los hallazgos de la firma consultora, la orientación emprendedora de las empresas familiares tiene tres dimensiones principales:
- Capacidad de innovación
Se trata de la tendencia a invertir en investigación y desarrollo de nuevos productos y servicios, además de prácticas operativas más eficientes y, por qué no, revolucionarias.
- Proactividad
Se refiere a la capacidad de capitalizar nuevas oportunidades, anticipar la demanda futura del mercado, dar forma a las expectativas del entorno competitivo y transformar los productos existentes.
- Asumir riesgos
Es la inclinación a desafiarse con base en el apetito al riesgo definido por la administración, lo que puede generar rendimientos potenciales.
Y sobre los datos, KPMG México señala que 47% de las empresas familiares en México se consideran altamente orientadas hacia el emprendimiento, dato mayor al 27% de Europa y el 37% de Asia del Pacífico.
Para entender estas diferencias, KPMG México sugiere considerar la demografía, pues al ser regiones mucho menos pobladas, quizá sus empresas familiares se encuentran en etapas de mayor madurez, de tal manera que el sentido de emprendimiento no es necesariamente una prioridad.
Además, en las organizaciones de México es muy característica la proactividad, así como solucionar problemas de forma creativa: seis de cada diez empresas familiares (58%) se ven altamente proactivas.
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Por último, la capacidad de transformar los modelos operativos es muestra de la proactividad que destaca a las empresas familiares mexicanas, sin embargo, en términos de inversión en investigación y desarrollo de nuevos productos, aún falta avanzar con mayor velocidad.
Y en este sentido, la pandemia fue el gran acelerador de la innovación en todos los sectores, ya que ha permitido que distintos modelos de negocio evolucionen sustancialmente con respecto a 2020. Y a pesar de esto, solo el 52% de las organizaciones en México se consideran innovadoras.
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