La nueva política arancelaria de Estados Unidos ha obligado a los países a replantear y crear nuevas estrategias comerciales; en el caso de México, el Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha apostado por un plan que incluye fortalecer la industria mexicana y reducir las importaciones con naciones como China, con la que arrastra un déficit comercial desde hace más de una década.
Este déficit comercial con China no es exclusivo de México, Estados Unidos y Canadá, sus socios del T-MEC, siguen dependiendo de las importaciones chinas.
Te puede interesar: Trump aviva guerra comercial al amenazar a China con elevar arancel hasta 104%
Por ejemplo, el país gobernado por Donald Trump necesita de China para el 16.5% de su importación, lo que lo convierte en su tercer proveedor más importante; en Canadá obedece al 13.5% de sus compras, es su socio número dos; y a México le provee 19.6% de sus importaciones, lo que lo coloca como su abastecedor más importante.
En este contexto, el volumen de carga que China mueve en México se ha incrementado en los últimos 14 años a pasos agigantados a pesar de no tener ningún tratado comercial. Las importaciones del país asiático se dispararon 161 por ciento, mientras que la demanda realizada a Estados Unidos, nuestro principal destino comercial, creció a un ritmo de 60% entre 2010 y 2024.
Este flujo de mercancía china se mueve principalmente desde el puerto de Manzanillo, le siguen Lázaro Cárdenas, Ensenada y Veracruz, según estadísticas del operador logístico TIBA Group.
¿México puede reemplazar importaciones chinas?
Expertos consideran que el Plan México que anunció el Gobierno en enero pasado tiene dos objetivos: por un lado, es una respuesta para equilibrar la balanza comercial con China y, por el otro, envía una señal a Donald Trump para fortalecer la región de Norteamérica.
No obstante, este flujo de mercancías desde China no disminuirá a corto plazo.
“Una política de sustitución de importaciones es buena, pero hay que tener muy claro que esto va a llevar tiempo y nos va a costar dinero, porque la creciente presencia de China en el comercio exterior lleva 30 años”, explicó el doctor Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México de la Facultad de Economía de la UNAM.
Lee también: Industria automotriz concentra más del 45% de las inversiones directas de China en México
El economista destacó que actualmente la organización industrial de México tiene un alto grado de integración en América del Norte, donde las empresas importan partes y componentes de todo el mundo, principalmente de China.
Para ejemplificar la dependencia global de las importaciones de insumos chinos, el Centro de Estudios China-México calculó que en 1995 el valor agregado chino en las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos fue del 0% y para 2020 se ubicó en 7.5 por ciento.
Es decir, 7.5% de lo que México exporta hacia Estados Unidos contiene partes y componentes importados desde China.
“Estos datos parecieran darle la razón a Washington sobre que México es la puerta trasera para las importaciones chinas; sin embargo, quien importa desde México productos con contenido chino son las empresas extranjeras, mayoritariamente estadounidenses”, reveló Enrique Dussel.
Te puede interesar: China contraataca e impone aranceles del 34% a todos los productos de EU
Una de las medidas que ha implementado el Gobierno federal en los últimos meses para disminuir el flujo de mercancía desde China es la “Operación Limpieza”, un operativo dirigido al decomiso de contrabando en plazas donde los productos chinos tienen un auge, como Izazaga 89, en la Ciudad de México.
A la par de estos operativos, se han realizado inspecciones en aduanas, donde la suma asegurada en mercancía es de más de 300 millones de pesos hasta la primera quincena de marzo, según cifras de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM).
¿Cómo reducir el impacto en el autotransporte?
Expertos en logística y comercio exterior, como Guillermo Guzmán, catedrático de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), estiman que este intercambio comercial entre China y México continuará en los próximos años, a pesar de los aranceles, aunque el volumen de mercancía disminuirá.
En este sentido, el autotransporte debe adaptarse a las nuevas condiciones.
“La nueva relación comercial México-China representará un reto para el sector que los obligará a salir de su zona de confort, diversificar sus destinos y mirar hacia sus cadenas de suministro”, estimó.
Te invitamos a escuchar el nuevo episodio de nuestro podcast Ruta TyT: