Las empresas familiares son de gran relevancia para México, ya que conforman el grueso de las unidades económicas del país y dan empleo a gran parte de la población; además de superar su primera etapa de vida, su desarrollo y evolución suponen un constante vaivén de éxitos y fracasos antes de alcanzar la estabilidad necesaria para permanecer en el tiempo.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las empresas familiares equivalen al 90% de las unidades de negocio en México; y en su mayoría se conforman principalmente de Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes); y entre sus principales problemas se encuentran la alta mortandad y construir las bases para subsistir a través de las generaciones.

Por ello, Arturo Rivadeneira, director del Centro de Empresas Familiares de la Universidad de Monterrey (UDEM), comenta que entre los diversos desafíos que enfrentan estos negocios se encuentran aquellos que tienen que ver con el entendimiento de sus dinámicas, identificar y recurrir a las mejores prácticas, así como capacitarse y recurrir al asesoramiento para fortalecerse y seguir creciendo.

México es el quinto país con más empresas familiares en el mundo, de acuerdo con un estudio de la Business Families Foundation (BFF) que incluye a las 250 compañías más grandes controladas por familias.

En entrevista para TyT, el especialista señala tres de los retos fundamentales de las empresas familiares y comparte algunas recomendaciones para hacerles frente:

Separar lo familiar de lo profesional

Destaca que es común que existan conflictos familiares que no llegan a filtrarse al momento de plantear problemáticas empresariales; y si bien menciona que éste es un aspecto denso y que tanto la familia como la empresa tienen puntos similares, como los roles y responsabilidades, estos no son necesariamente los mismos en los dos ámbitos; y por tanto no deben mezclarse o confundirse en cada una de estas esferas.

Por eso es fundamental que se limen asperezas ante posibles enfrentamientos de intereses; y los conflictos deben discutirse en el ámbito de lo privado, no ventilarlos en el profesional.

«Tenemos que partir en reconocer que no existen las familias perfectas y que el proceso de trabajar con la familia es de largo plazo; la familia tiene que alinearse a manejar una madurez en la organización. Si yo me comporto con mi papá como en la casa, no lo respeto y le grito, empieza a ver situaciones que van a generar turbulencias en el negocio familiar», apunta Rivadeneira.

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Por ello se puede iniciar por determinar las reglas claras a seguir de parte de la familia hacia el negocio y hacia la propiedad, y esa herramienta se puede llegar a materializar a través del protocolo o constitución familiar, en donde inculcamos todas las reglas de la familia; es decir, lo que se puede hacer y lo que no se puede.

Estos documentos ayuda a regular los sentimientos y las emociones de la parte familiar, que en caso de no ser controlados pueden impedir que la empresa alcance los objetivos trazados.

«No es malo tener emociones, todos las tenemos. Lo importante es ver cuál es la carga emocional de la familia y superarla para evitar que se transfieran a las siguientes generaciones».

Así que recomienda encontrar ese balance y lograr que ambos núcleos, el familiar y el profesional, sean óptimos por sí solos, y que cuando ambos convivan no se destruyan: «¿Uno tiene que preguntarse si está dispuesto a tener una familia junta o una familia unida, porque no es lo mismo».

Una sucesión adecuada y sin tensiones

La mayoría de las empresas familiares no sobreviven al fundador, mientras que solo una tercera parte llega a la segunda generación y poco más de un 10% sobrevive hasta la tercera generación, por esto que la sucesión sea uno de los puntos más sensibles de estos negocios, ya que un procesos deficiente o mal establecido podría poner en riesgo su existencia.

«Uno tiene que estar consciente de que no es inmortal y vamos a tener la oportunidad de prepararnos para realizar el relevo generacional. Tenemos que estar conscientes que nos somos eternos y a medida que el negocio y la familia van creciendo, también debe crecer su grado de profesionalización».

En México, sólo el 23% de las empresas familiares cuenta con un plan de sucesión sólido, documentado y comunicado; 11 puntos porcentuales por debajo de sus similares en Estados Unidos y Canadá, de acuerdo con la «Encuesta de Empresas Familiares 2021 – Capítulo México», elaborada por la consultora PwC.

El especialista de la UDEM menciona que le tiempo de permanencia de una generación en la empresa puede ir de los 20 a los 30 años, por lo que el relevo podría darse cuando el fundador ronda los 65 años de edad; y aunque precisa que esto no está escrito en piedra, recomienda que el plan de sucesión comience a trabajarse y incluso 10 o 5 años antes, esto con la finalidad de preparar al sucesor o sucesora y hacer el mejor relevo posibles.

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Establecer tareas, objetivos y salario

De manera similar a separa lo familiar de lo profesional, otro de los retos de las empresas familiares para un sano desarrollo es definir aspectos clave como los roles, las responsabilidades, los objetivos y hasta los salarios de los integrantes del núcleo familiar que trabajan en la empresa; con la finalidad de establece un rumbo para el negocio.

No hacerlo puede implicar que varias personas asuman responsabilidades que no les corresponden, se sobrecargue de trabajo a unos e incluso surjan inconformidades por salarios que no son acordes a las tareas realizadas. 

Al igual que en el esfuerzo por manejar las emociones en el negocio familiar, el protocolo es la opción más clara, apunta Rivadeneira, para dejar plasmado tanto lo que se espera de su desempeño, como los beneficios que cosechará por su esfuerzo.

«El protocolo permite también tener claro las funciones de los integrantes de la familia, quien va a tomar decisiones, cuánto tiempo va a estar en la empresa, quién aprobará su ingreso en la organización, cuáles son los indicadores que deberá presentar y una serie de elementos más. Lo que tenemos que hacer es ordenar la empresa para que ese familiar llegue y vea que todo está ordenado«.

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