Los datos ofrecidos por el Gobierno en materia de seguridad carretera no coinciden con la cantidad de casos registrados, reportados y sufridos por cientos de transportistas que cada día son víctimas de robos, extorsiones, secuestros y, en muchos casos, pérdidas humanas en manos de la delincuencia. Así lo considera Elías Dip Rame, Presidente de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (CONATRAM).
“El caso de la inseguridad ha crecido pavorosamente y ya estamos cansados de que las autoridades digan que trabajan, pero la realidad los contradice, pues nosotros como agrupación y como gremio transportista somos los que vivimos este problema todos los días, ahora ya prácticamente en todo el territorio nacional”, afirma.
En entrevista para TyT, el dirigente de la CONATRAM explicó que, si bien cada flota o grupo de empresarios se organizan y toman las medidas pertinentes para disminuir los riesgos de la inseguridad, el trabajo debe ser de las autoridades competentes, desde las Policías municipales hasta la Guardia Nacional, que no han dado los resultados esperados.
“Nosotros mismos hemos estado en cualquier cantidad de mesas de diálogo para exponer esta realidad, y sí, las autoridades se muestran con buena voluntad y se comprometen a trabajar en estos temas, pero una vez que dan vuelta a la página, los robos no disminuyen, sino todo lo contrario”, agrega.
Al respecto, aclara, los transportistas también han mostrado su interés en colaborar para crear sinergias, pero los esfuerzos no han sido suficientes. Ya sea con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Guardia Nacional e, incluso, con la propia Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, todo ha quedado en buenas intenciones.
El paradigma de la Guardia Nacional y la falta de infraestructura
Con la creación de la Guardia Nacional se tuvo la expectativa de constituir un organismo robusto, eficaz y que estuviera a la altura de las necesidades del país, en términos de seguridad, pero no ha sido así.
Antes, señala Elías Dip, en trayectos de 200 kilómetros, se dejaban ver al menos unas cinco o seis patrullas de la Policía Federal, y ahora, en esos mismos tramos difícilmente hay una de la Guardia Nacional.
“Tan solo por cuestiones de reacción oportuna o de vigilancia, no se puede decir que hemos avanzado en el tema de los robos carreteros. Todo lo contrario. Por eso podemos afirmar que al menos en este renglón, el país ha retrocedido. Los asaltos siguen a la orden del día”, expresa el representante de la Conatram.
Si a esto se agrega la poca o nula inversión en nuevas carreteras, la situación para el transportista sigue igual o peor, ya que, mientras hay más vehículos en circulación, cada vez hay menos espacio para toda la cadena logística y la movilidad.
Este fenómeno, explica el empresario, provoca mayores congestiones viales tanto en las carreteras como en la entrada a las ciudades, pero también es innegable su implicación en la seguridad vial, ya que la infraestructura carretera es insuficiente y está en mal estado, lo que aumenta el riesgo de accidentes.
“El parque vehicular ha crecido exponencialmente y no ha pasado lo mismo con nuestras carreteras. Aquí sí la SICT debería promover la inversión, ya que en muchos casos no se trata de que sea el Gobierno quien pague por nuevas carreteras, sino a través de licitaciones y que todos, juntos, solventemos el costo con precios justos”, propone.
También, de forma categórica, Dip Ramé recuerda que la propia CONATRAM envió un documento al Presidente Andrés Manuel López Obrador con una propuesta para solventar este tema, pues en su propia experiencia, hay tramos en los que antes tomaba dos o tres horas cruzarlos, pero hoy el tiempo se ha duplicado, y no hay señales de que esto vaya a mejorar.
“Hay una necesidad imperiosa de contar con una autopista paralela a la 57, pues ésta está colapsada y rebasada. Además de la inseguridad, las malas condiciones del camino y las congestiones, la demanda de servicios de transporte sigue creciendo, pero esto, sí o sí, implica contar con más y mejores vialidades”, precisa.
Al respecto, menciona que la creación de nuevas vialidades requiere un estudio profesional para diseñar caminos seguros, toda vez que en la actualidad hay tramos carreteros de un solo carril y sin acotamiento o, en el mejor de los casos, con un carril de desaceleración, pero esto también se ha traducido en más accidentes.
“Todo esto pudo y debió hacerse en este sexenio, pero no se hizo, y ahora habrá cambio de Gobierno y a seguir picando piedra para que los que lleguen se pongan a trabajar, y no es para nosotros como transportistas, sino para toda la ciudadanía, pues al final, todos somos usuarios de las vías de comunicación”, añade.
Lo rescatable y el panorama 2024, de acuerdo con Conatram
Pero no todo está mal, aclara el presidente nacional de la Conatram, ya que en 2023, al fin, se publicó el famoso Reglamento de Grúas, que si bien es perfectible es justo lo que habían pedido durante tantos años: un punto de partida para seguir mejorando una situación que también era insostenible.
Y en este sentido, el diálogo, el entendimiento y el trabajo fueron posibles para concretar un documento que ofrece certeza tanto a usuarios de las vías de comunicación como a los proveedores de los servicios de arrastre.
“No es una solución completa, pero algo es algo. Ahora el balón queda en la cancha de los directores de los Centros SICT, pues al igual que todas las leyes, normas y reglamentos, el tema está en vigilar su cumplimiento y sancionar a quienes operen fuera de la ley”.
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Si continuamos colaborando juntos, continúa el dirigente de la Conatram, 2024 será un buen año para el transporte, ya que el denominado nearshoring, sin duda, traerá oportunidades para todos, de tal manera que es momento de seguir trabajando para optimizar, poco a poco, todo lo que se puede mejorar en este sector tan noble.