El año pasado, el gobierno de Querétaro lanzó una convocatoria para mujeres interesadas en conducir autobuses de transporte público; entre los lineamientos se establecía que las aspirantes serían capacitadas y, tentativamente, contratadas para dar el servicio en las distintas rutas troncales del estado, y justo ahí comienza el capítulo contado por Marina “La Chevicito” Pérez Zúñiga.

Un punto medular en esta historia es que las interesadas supieran conducir un vehículo con transmisión manual, además de que en el caso de Marina, a ella siempre le ha encantado manejar. 

De hecho su 10-28 se debe a que tiene un Chevy en el que, a veces, les da aventón a algunas de sus colegas, pues tienen que trasladarse desde San Juan del Río hasta la capital queretana. 

La convocatoria estaba abierta para mujeres queretanas de entre 20 y 55 años de edad, de tal suerte que La Chevicito todavía alcanzó a entrar, pues apenas pasaba los 50, y no sólo eso, sino que también estaba estudiando la universidad a distancia en la carrera de ingeniería en logística y transporte, ya que buena parte de su experiencia laboral ha estado en los Cedis, almacenes y monitoreo, y sólo le faltaba el transporte. 

De hecho su padre manejó un tractocamión con doble remolque durante 30 años, mientras que el padre de sus tres hijos también se dedicaba al volante, pero ninguno de los dos le quisieron enseñar a manejar, pues era mujer y creían que ella más bien debía dedicarse al hogar. 

Pero ella nunca se ha detenido; de hecho desde que se separó del padre de sus hijos Marina tuvo que sacarlos adelante y hasta les proveyó la universidad, hasta que los tres terminaron la ingeniería. 

De vuelta a la convocatoria del año pasado, “La Chevicito” tomó la capacitación teórica, práctica y hasta de primeros auxilios, atención al usuario y cómo actuar ante cualquier incidente fuera de lo común. 

Hasta que le dieron las llaves de un autobús Mercedes-Benz tecnológicamente muy equipado y del que también recibió capacitación. Y a la ruta. 

El reto de ser mujer 

Ahora sí, para “La Chevicito” no ha sido fácil hacer este trabajo, pues muchos pasajeros no están acostumbrados a que sea una mujer la que conduce el autobús, sin embargo, tanto la conducción como la atención han hablando por ella. 

“Sí me ven raro, pero como cada vez somos más, pues se están acostumbrando, pero no faltan los automovilistas, motociclistas y hasta ciclistas que nos dicen de cosas, nos avientan el coche o nos recuerdan el 10 de mayo”, afirma. 

Sin embargo, con los colegas hombres, también reconoce que la mayoría da consejos y ofrece apoyo para lo que se ofrezca, pues buena parte de la capacitación es cambiar el paradigma que se tiene sobre el transporte público en Querétaro.

Te recomendamos: Martín ‘El Wolverine’ Rivera, el conductor que aprendió a manejar solamente observando

Y ahora que Marina ya tiene este logro, no pretende quedarse ahí, pues para ella la vida es un continuo aprendizaje y entre sus objetivos, además de terminar la universidad, es poder subirse a vehículos más grandes, como autobuses foráneos, camiones y, por qué no, a un quinta rueda.