Cualquier aceite refinado del petróleo crudo o de origen sintético que haya sido utilizado en el cárter de un motor a gasolina o a diesel y que durante su uso se mezcló con impurezas como tierra, partículas de metal, agua y sustancias tóxicas que lo contaminan y afectan su rendimiento, es considerado un aceite usado y es considerado como un residuo peligroso.
Dadas sus características fisicoquímicas, los aceites lubricantes automotrices usados mal manejados afectan el medio ambiente en diversas formas y representan riesgos para la salud pública. Para dimensionar su impacto basta decir que un litro de aceite usado puede contaminar un millón de litros de agua.
De acuerdo con datos de la EPA, durante años, el aceite de motor comúnmente se reutilizaba o se desechaba en formas que ni protegían el ambiente ni preservaban su valor como recurso. En Estados Unidos, aproximadamente 200 millones de galones de aceite de motor usado se desechan indebidamente vertiéndolos en el suelo, tirándolos a la basura (con lo cual van a parar a vertederos) y vaciándolos en las alcantarillas pluviales y los desagües. Además, el aceite usado que termina en los ríos, lagos y arroyos del país puede amenazar la fauna y la flora acuáticas.
Según el organismo ambiental si a todo el aceite usado que se desecha indebidamente se le diera un destino correcto, Estados Unidos podría ahorrarse miles de barriles de petróleo por día ya que el aceite usado que se maneja de forma apropiada puede volver a refinarse para producir lubricantes, transformarse en aceite combustible y usarse como materia prima para las refinerías y las industrias petroquímicas.
Los esfuerzos
En nuestro país cada año se generan más de 325 millones de litros de aceites usados, un dato sin duda preocupante y ante el cual las autoridades ambientales de los tres niveles de gobierno –federal, estatal, delegacional y municipal– han reaccionado creando un Programa de Aceites Usados, con el objetivo de darles un manejo integral y ambiental adecuado invitando a participar en él a los talleres de cada localidad. El que un programa como este funcione, depende en gran medida del compromiso y consciencia de los transportistas, de los automovilistas y de quienes asumen el reto de manejar estos residuos. El Instituto Nacional de Ecología en el año 2000 editó el “Manual de buenas prácticas de manejo para los aceites usado automotrices”, disponible en versión digital en la página de la Semarnat, con el fin de mitigar los efectos nocivos de estos productos mal manejados.
Específicamente en el Distrito Federal, la Secretaría del Medio Ambiente ha puesto en marcha un programa para reciclar el aceite lubricante que utilizan los automotores, y así disminuir el impacto al medio ambiente a través de estaciones de servicio que reciben el aceite usado. El almacenamiento del aceite lubricante usado dentro de las estaciones de servicio es una operación temporal, por lo que son recolectados y transportados por empresas autorizadas por la Semarnat, quienes se encargan de darle un destino adecuado a dichos residuos.
Se lleva a cabo un control de la recepción y de la entrega de aceite lubricante usado y de envases, tanto provenientes de particulares como generados por la estación de servicio, a través de un registro en la bitácora de movimientos de entradas y salidas de aceite y envases en la cual se anota los movimientos realizados.
Para garantizar el óptimo desarrollo del Plan de Manejo, la Secretaría del Medio Ambiente e HIDROSINA evalúan continuamente a las estaciones de servicio participantes a través de la verificación de las condiciones físicas y operativas dentro del área para la recepción y almacenamiento de los aceites lubricantes usados y envases.
En nuestra siguiente entrega hablaremos del caso Chile, país en el que se elaboró una Guía Técnica para aceites usados del sector transporte. Este documento fue elaborado en el marco del proyecto de cooperación bilateral entre el gobierno de Chile y de Alemania, denominado “Gestión de Residuos Peligrosos en Chile”.