Cuando Paola Moncada todavía estudiaba administración de empresas en la Universidad Autónoma de Baja California, entró a trabajar en una unidad de verificación en Tijuana. Conocer los procesos para dar fe de que una empresa transportista cumplía con las normas de condiciones físico-mecánicas fue su primer acercamiento y, sin duda, una experiencia definitiva para lo que le esperaba más adelante.
Esa experiencia le valió para que, justamente, una flota la invitara a trabajar haciendo exactamente lo mismo, pero ahora con un sentido de autorregulación, pues ella era la persona ideal en aquel entonces. Y no solo eso, ya en este empleo recibió su certificación como gerente técnico en la materia.
Paola no lo sabía y tampoco lo dimensionaba, pero se convirtió en la primera mujer en Tijuana con esta certificación. Quizá sin quererlo, empezó a romper paradigmas de género en la parte técnica de la ecuación. Desde aquel entonces le gustaron los camiones y hasta tuvo oportunidad de manejarlos. En retrospectiva, ella dice ser una operadora “de clóset”.
Trabajó en esa compañía cerca de siete años y, justo antes de la pandemia, decidió independizarse y fundó una empresa consultora, también relacionada con gestiones administrativas en el autotransporte. Precisamente en este punto, junto con Israel Delgado, Vicepresidente de la CANACAR en la Región Noroeste, creó la Asociación de Mujeres Operadoras (AMO).
“La AMO nace por la falta de conductores en todo el país, pero también porque hay muchísimas mujeres interesadas en ser operadoras, de tal manera que vimos no solo una oportunidad, sino una necesidad en el autotransporte. Nuestro objetivo siempre ha sido replicar este modelo en todos los estados del país”, señala Paola Moncada.
Tan solo en estos dos años, detalla, empresas como Cummins, Freightliner y su distribuidor Velocity, y recientemente Scania México, se han involucrado con la AMO no solo apoyando la causa, sino destinando recursos para la capacitación de más mujeres al volante, mientras que la asociación ha hecho lo propio para su posterior contratación en empresas de autotransporte.
Y si bien aún falta mucho por hacer, Paola está contenta porque ha visto cómo estos modelos siguen surgiendo al interior de empresas del sector, puesto que también están trabajando en pro de las mujeres y, de esta manera, las posibilidades para seguirlas sumando cada vez son mayores.
Así, cuando Paola Moncada habla de las personas que la han inspirado en su vida profesional, no duda al afirmar que son las propias operadoras las que han sido este motor para seguir trabajando en beneficio de ellas. Conocerlas, saber sus historias, sus contextos y todos los obstáculos que han superado, sin duda, es la fuente de su inspiración.
Por otro lado, aunque mucho se ha logrado en casi tres años de haber fundado la AMO, Paola Moncada todavía tiene muchas metas a nivel profesional. Particularmente, poder ver más representación de la AMO en todo el país está en su radar, ya que en estos años se ha dado cuenta de que sí es posible cambiar algunas circunstancias, pero es mucho más fácil cuando hay más entes participando.
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“Me gustaría que todo fuera más fácil, pero no lo es. Se requiere mucho trabajo, mucha disciplina y mucha colaboración de empresas, autoridades y también de la sociedad, para que las condiciones de equidad sean cada vez más parejas y reales en todos los ámbitos, no solo del transporte, sino de la vida en general”, finaliza.