Patricia Bugarin tiene dos reglas claras: estar del lado de las víctimas y no mentir. Ambas se instauraron en cada una de sus acciones durante su formación profesional y, a la fecha, busca cumplirlas a cabalidad sin importar el ámbito en el que se desenvuelva.
La Directora General de la Oficina Coordinadora de Riesgos Asegurados (OCRA) recuerda que en su educación universitaria tenía dudas sobre en qué rama del Derecho debería ejercer, y fue en esa misma etapa cuando observó que la justicia y las autoridades no siempre están del lado de las víctimas.
Así que tomó su primera gran decisión: que no podía defender a posibles culpables, de modo que evitó el derecho penal y optó por buscar espacios en lo que pudiera acompañar a las víctimas y luchar por ellas.
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Esto la llevó al servicio público, donde tuvo diversos cargos en entidades locales y federales de procuración de justicia y seguridad pública, destacando entre ellos el de Subprocuradora de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO); Coordinadora Nacional Antisecuestro, de la Secretaría de Gobernación; y como Subsecretaria de Seguridad y Protección Ciudadana en el actual Gobierno, cargo que dejó unos meses después de su nombramiento por problemas de salud.
La abogada también recuerda que la determinación de no mentir fue una lección que recibió de su jefe durante su pasantía, el abogado Elías Ángeles, quien le enseñó que las mentiras requieren buena memoria para no ser descubiertas, mientras que la verdad perdura aunque se intente ocultar o negar.
Ahora, al frente de la OCRA, Patricia mantiene esas reglas de vida para lograr que las personas que se ven afectadas por la delincuencia por el robo de sus vehículos, tengan una adecuada respuesta de las autoridades y certidumbre sobre ese bien sustraído que forma parte de su patrimonio y, en muchos casos, es el activo con el que obtienen el sustento familiar.
Acostumbrada a desenvolverse en entornos predominantemente masculinos, como el crecer con nueve hermanos varones o trabajar en cuerpos de seguridad, considera que las mujeres han dado grandes pasos en materia de equidad; sin embargo, manifiesta que las leyes y la sociedad aún tienen grandes pendientes para lograr que las mujeres tengan una cancha pareja para competir en igualdad de condiciones.
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Si bien señala que durante su trayectoria no sintió competir en desventaja, en retrospectiva destaca que era porque así se acostumbraba, y que esa situación ni siquiera se discutía. Pero ahora, con los avances en este tema, incluso las mujeres que como ella pasaron por esas situaciones, pueden allanar el camino a las nuevas generaciones.
“Las mujeres que ya pasamos por esto tenemos la obligación de ayudar a otras a que transiten por un camino en donde entiendan perfectamente que las oportunidades son las mismas si se preparan, si luchan y hacen todo lo que está en sus manos para conseguirlo.
“Creo que es cuestión de equilibrar las balanzas y que no sea un tema de género, aunque lamentablemente en muchos lugares aún es así”.
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