En virtud de que la seguridad es uno de los aspectos más importantes en la operación del autotransporte, contar con sistemas de frenos suplementarios o auxiliares resulta primordial, como el caso de los frenos de escape. 

En las Esenciales TyT de hoy retomamos este tema para conocer un poco más sobre estas tecnologías que sin duda abonan a la seguridad vial, además de que abonan a una conducción mucho más confiable y estable. 

Para entender qué son los frenos de escape hay que remontaron al vehículo, ya que cuando éstos se activan ayudan a reducir la velocidad sin exigir de más a los frenos que van en las llantas de la unidad, ya que será el escape el responsable de asistir a todo el sistema. 

Si bien el freno del pedal y el freno de motor suelen ser los más utilizados, pero como su nombre lo indica, la asistencia viene de distintas partes, pues el objetivo es crear esta suerte de colaboración para un mismo fin: la seguridad. 

Los frenos de escape cierran el camino que los gases de escape tomarían para salir del vehículo. Y este proceso crea una contrapresión en el colector y los cilindros, haciendo que el motor trabaje más.

Normalmente, los pistones se desplazan hacia arriba en el cilindro para expulsar los gases de escape del motor a través de la válvula de escape. Por tanto, cuando se aplica el freno de escape y la válvula de mariposa en línea está algo cerrada, se requiere una fuerza adicional significativa para empujar los gases de escape gastados fuera del motor.

En algunos sistemas de freno de escape, el ordenador del vehículo controla su funcionamiento. En otros, el conductor puede accionarlo de manera manual. Pero, en cualquiera de los dos sistemas, el mecanismo que cierra la válvula de mariposa puede funcionar con presión hidráulica, presión de aire o depender de un servomotor accionado.

¿Cuándo utilizarlos?

Lo más recomendable siempre será utilizar los frenos de escape en pendientes pronunciadas, cuando hay descensos largos, pues esto ayudará a mantener la velocidad y el control de tu vehículo. 

Por ejemplo, los descensos largos y pronunciados pueden ser un reto, ya que pueden sobrecalentar muy rápido las pastillas de freno y otros componentes esenciales.

Por otro lado, sin frenos de escape, tu principal medio para detenerte serán las pastillas de freno. Y quemarlas te pondrá en una situación aterradora y peligrosa, especialmente si tu viaje incluye más montañas o descensos de pendientes pronunciadas.

Por lo general, cuando las personas se quejan de que son ruidosos, lo que están oyendo es el freno de motor. Un ejemplo es cuando un tipo de transporte terrestre de carga pesada utiliza su freno de motor para reducir la velocidad, produciendo un ruido muy fuerte y molesto.

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