El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) cumple cuatro años en vigor, tiempo en que las exportaciones mexicanas hacia estos mercados de Norteamérica han incrementado 53%, actividad comercial en que el autotransporte de carga se ha visto beneficiado como actor principal. 

En agosto de 2017 inició la renegociación del entonces Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en medio de la incertidumbre generada por el proteccionismo del Gobierno de Donald Trump.

El TMEC, resultado de un largo proceso de negociaciones entró en vigor el 1 de julio de 2020, en ese momento, en medio de una crisis provocada por la pandemia COVID-19. 

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En el primer cuatrimestre de 2020, las exportaciones de México hacia el mundo acumularon un valor superior a los 131,547 millones de dólares, cuatro años más tarde, el nivel es de 194,845 millones de dólares, una cifra récord. 

De ese total, 86% tiene como destino los mercados de Estados Unidos y Canadá y el autotransporte mueve siete de cada 10 dólares del valor de la mercancía, de acuerdo con estimaciones propias realizadas con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Esa es la importancia del T-MEC para México, sus socios del norte y el transporte de carga. 

Para Guillermo Malpica Soto, ex negociador del T-MEC y experto en comercio internacional, evalúa que, “los cuatro años del Tratado han sido positivos, si los medimos respecto al comercio, hemos tenido un volumen con Estados Unidos sin precedentes, ya somos su socio número uno y con Canadá ha ido creciendo, aunque es más pequeño el volumen”. 

Recuerda que el principal objetivo del acuerdo, por la dinámica de la negociación y la situación política de Estados Unidos, era sobre todo preservar las ventajas preferenciales que tenían los tres países, pues estuvieron en amenaza cuando llegó el gobierno de Donald Trump.

El motor llamado T-MEC 

El T-MEC llegó en un momento crítico en América y el resto del mundo, con el paro de actividades en buena parte de las actividades productivas, se necesitaba un catalizador para impulsar su reactivación. Esta fue la tarea del Tratado. 

Con el coronavirus SARS-CoV-2 también llegó la disrupción en las cadenas de proveeduría a nivel global poniendo de relieve la importancia de la regionalización, principalmente de la manufactura. Así es como el denominado nearshoring tomó potencia y Norteamérica no se quedó atrás. México ha atraído inversiones por arriba de los 35,000 dólares anuales, destaca Guillermo Malpica. 

En el primer trimestre de 2024, México captó 20,13 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED), la cifra más importante para los primeros trimestres desde que la Secretaría de Economía (SE) tiene registro. 

De ese total, empresas de Estados Unidos aportaron 10,615 millones y las de Canadá, 1,705 millones de dólares, es decir, ambos socios del T-MEC representaron 60% del total de la inversión realizada en México. 

Este capital mueve las distintas ramas productivas del país lideradas por la manufactura, el comercio, la minería y los servicios turísticos, sectores donde el autotransporte de carga es fundamental para lograr una proveeduría y abasto interno y externo. 

Del total del valor comercial de México –exportaciones e importaciones– 56% ingresa o sale del país a través del autotransporte de carga; esto sin tomar en cuenta su papel para movilizar mercancía desde y hasta puertos marítimos y aeropuertos. 

Revisión, no renegociación del Tratado 

Guillermo Malpica evalúa que, en cuanto a los mecanismos de resolución de controversias con los que cuenta el T-MEC, en cuatro años ha existido un número importante de casos de solución de diferencias inversionista-Estado, que es bajo el capítulo 14 de Inversión. 

A lo anterior se suman las disputas de Estado-Estado, como es el caso de la relacionada con el maíz transgénico, y otras diferencias que rondan los 24 casos.

El especialista sostiene que, podrían leerse como un indicador de mal desempeño en el Tratado, sin embargo, derivan de una intensa actividad comercial entre los socios. “Lo extraño sería que no hubiera ninguno”, refiere.

En 2026 habrá una revisión del T-MEC, aquí es donde el ex negociador del Tratado sugiere que México debe estar atento en aquellos temas que se pusieron sobre la mesa durante la administración de Donald Trump y que, al final, su Gobierno no presentó los textos debido a su complejidad. 

A este escenario se suma el resultado de las elecciones a la presidencia en Estados Unidos, donde no se descarta el triunfo del candidato del Partido Republicano. Guillermo Malpica expone: 

En una escena de revisión del T-MEC, bajo una administración de Trump, había mucho apetito por esas propuestas que hicieron y no materializaron en la primera negociación. Tenemos un indicio de cuáles serían las cosas por las que van a insistir, como hacer más estrictas las reglas de origen automotriz y la estacionalidad agrícola que no prosperó”. 

Sostiene que en la cláusula sunset se habla de una revisión del acuerdo actual, no de una renegociación y “México ahí tiene un margen para, primero jugar con esa carta y presionar para que se cumplan los compromisos del Tratado que están pendientes, como los comités y los grupos de trabajo que no se han reunido, como es el caso del Comité de Transporte, en el capítulo de servicios”.

El Gobierno de México debe estar preparado

El experto sostiene que México debe estar preparado desde el Gobierno para escenarios más negativo de una renegociación y alistar las fichas con los intereses del país para generar un balance en las reuniones que se vayan a dar. 

En enero del año pasado, México y Canadá ganaron a EU un panel de solución de controversias, sobre el cálculo del Valor de Contenido Regional de vehículos de pasajeros, camiones ligeros y sus partes. Y el país gobernado por Joe Biden no ha cumplido con su parte. 

A esto se suman un par de reglas de sub-mercado y transporte transfronterizo de carga, que Estados Unidos incluyó en abril de 2021 en su Ley de Implementación del T-MEC. 

Este hecho facilita la implementación de la salvaguarda establecida de forma oficial en la firma final del Tratado, la cual establece que ese país tiene el derecho de adoptar o mantener restricciones a las concesiones otorgadas a transportistas mexicanos para prestar servicios transfronterizos de largo recorrido en su territorio. 

Hasta el momento, no se ha utilizado y no ha representado una amenaza real para las empresas transportistas de México; sin embargo, Malpica Soto expone que las reglas permiten eliminar esa salvaguarda en la revisión de 2026. 

Para avanzar en temas pendientes y fortalecer aún más al T-MEC, la Secretaría de Economía, que estará a cargo del ex canciller Marcelo Ebrard deberá reforzar su capacidad técnica y sentar en las distintas mesas a gente especializada que “se meta a arrastrar el lápiz y a empujar en los diferentes temas un alto nivel de discusión”, concluye.  

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