Si bien el legado de Refugio Muñoz, “Don Cuco”, está relacionado con sus más de 30 años al servicio de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), a la mitad de su trayectoria tuvo a bien fundar Transportes MuMor, un proyecto junto con su esposa y sus hijos. 

Eso fue por allá de 2008, cuando invirtieron para comprar dos camiones tipo rabón y empezaron a dar servicio como permisionarios de otra empresa, todavía como persona física y con reparto, principalmente urbano, en el Valle de México.

Desde aquel inicio y con sus hijos Paulina y Carlos todavía en la escuela, Don Cuco y su esposa Angélica Mortara se hacían cargo de Transportes Mumor, nombre tomado con las primeras sílabas de sus apellidos: Muñoz Mortara.

Paulina, la hija mayor, terminó la universidad y empezó a involucrarse más en la empresa, al grado de que uno de los principales cambios que hicieron fue pasar de persona física a persona moral, con la idea de sentar las bases para un crecimiento sólido y sostenido. 

Así fue como en 2012, Transportes MuMor pasó de ser una persona física a una persona moral y también enfocó sus esfuerzos para consolidarse en el transporte foráneo y entregas de media milla en las principales ciudades. 

En palabras de Paulina, cuando ella se incorporó de lleno en la empresa su falta de experiencia fue compensada con el enorme conocimiento que tenía su padre no sólo en términos de la operación, sino del sector en general, de tal manera que para ella fue un gran guía, así como la participación de su madre y la pronta llegada de su hermano al 100 por ciento. 

Aunque en esos tiempos su flota era pequeña, desde siempre implementaron las mejores tecnologías para desarrollar los mejores procesos tanto en la operación como en términos administrativos y de seguridad, lo que les permitió ofrecer el mejor servicio desde sus inicios. 

De hecho gracias a estas bases tan sólidas pudieron extender sus rutas hacia distintos destinos destinos del país, principalmente hacia el sureste mexicano y también por el Pacífico.

La inercia, por tanto, llegó con crecimientos importantes año con año, al grado de que hoy Transportes MuMor tiene una flota de 30 unidades, y no sólo eso, sino que al ver el gran problema de falta de operadores, también integraron un comité de capacitación para desarrollar y retener talento al volante. 

Esto ha sido clave para contar con una baja rotación, además de que sus operadores se han puesto la camiseta de la empresa y se quedan por convicción, pues hay un plan para ellos.

Pero la visión de Paulina, Carlos y su mamá va más allá, pues en el presente, además de trabajar para que toda su flota esté circulando, también desarrollaron un programa de seguridad vial y patrimonial. 

El objetivo de ambos rubros es tener cero accidentes y cero robos, lo que no es fácil, sin duda, pero desde el año pasado han logrado mantener esta cifra. Y a decir de Paulina, esto se logra con capacitación, sensibilización y concientización de los operadores. 

“Y no se trata de un discurso hecho, sino de hacerles ver y sentir que son lo más importante de la operación; cuidarse, alimentarse bien, descansar, respetar los límites de velocidad, los reglamentos de tránsito, en fin, una serie de elementos que se han traducido en estabilidad operativa”, señaló. 

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Sobre las proyecciones a futuro, Paulina Muñoz señala que desde siempre, la filosofía de Transportes MuMor ha estado enfocada en mantener las finanzas sanas y tener crecimientos sólidos y estables, de tal manera que más que aumentar la flota, la prioridad siempre será solidez en las bases para avanzar con pasos firmes

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