Una de las marcas de vehículos pesados más emblemáticas del camino está de fiesta por sus primeros 100 años, periodo en el que ha dado muestra de innovación, durabilidad, eficiencia y seguridad. Y es que todo aquel que ha manejado un Kenworth sabe del poderío y confianza que se puede experimentar desde su cabina.
Verlo a su paso por el camino también es todo un espectáculo, desde sus primeros modelos hasta el actual T680 Next Gen, Kenworth ha dado respuesta a los requerimientos de movilidad de cada época, llevando siempre la batuta en cuanto a tecnología, fuerza y productividad se refiere.
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A la par, la marca ha construido una sólida red de servicio en cada uno de los países en los que tiene presencia para hacer de la postventa uno de sus principales diferenciadores y lograr que sus unidades hagan valer su rentabilidad pasando la mayor parte del tiempo en el camino.
La historia de Kenworth comenzó a escribirse en 1923 de la mano de sus dos principales accionistas, Harry Kent y Edgar Worthington, quienes fusionaron las primeras letras de sus apellidos para dar origen al nombre de la compañía, cuya sede se estableció Seattle, Washington, en Estados Unidos.
En 1924, la compañía adquirió como uno de sus principales diferenciadores la posibilidad de fabricar camiones con base en los requerimientos que sus clientes le solicitaban, de forma que a un año de su nacimiento, comercializó 80 unidades. Un año después, alcanzó un ritmo de producción de dos unidades por semana.
Para 1927, Harry Kent se convirtió en presidente de la compañía y, derivado del crecimiento constante experimentado por la marca, se tomó la decisión de poner en operación una nueva planta en Seattle.
Otro de los momentos clave en la historia de la armadora sucedió en 1945, cuando Paul Pigott llegó a un acuerdo con los propietarios y Kenworth se convirtió en una subsidiaria de Pacific Car and Foundryque.
Hacia 1945, una buena parte de la producción de la compañía estaba enfocada en vehículos militares y comerciales; no obstante, las plantaciones de azúcar en Hawái se convirtieron en una clara oportunidad para incrementar sus ventas. En 1946 se abrió un nuevo complejo industrial en Seattle y, en 1950 las ventas al extranjero llegaron a representar el 40% de la comercialización de la marca.
En 1951, Kenworth produce el 853 para trabajar en los campos petroleros de Medio Oriente y el 801 para movimiento de tierra en América. En 1955 lanzó el diseño de la cabina al lado del motor, convirtiéndose de inmediato en un éxito.
La llegada de 1956 trajo consigo la presentación de la serie 900 y fue el año en el que una flota logró transportar con un camión Kenworth 3000 toneladas de carga al norte de Yukón para la exploración de petróleo.
Entre 1961 y 1965, se lanzaron dos modelos, por un lado el W900, capaz de proporcionar cabinas más grandes y un panel de instrumentos rediseñado y, por el otro, el K100 cabover llegó a hacer a simplificar la operación en espacios reducidos.
En este mismo periodo se inauguró la planta de Kansas City, pues la aceptación de los nuevos modelos demandó mayor capacidad de producción.
Para 1973 se celebró el 50 aniversario de la compañía, alcanzando un nuevo récord en su cifra de comercialización, un año más tarde, los buenos resultados obligaron a abrir una nueva planta, la cual se puso en marcha en Chillicothe, Ohio.
En 1976, Kenworth innovó en la industria de vehículos pesados con el dormitorio AERODYNE con techo elevado, que vino a establecer un nuevo estándar para la comodidad del conductor.
Otro lanzamiento de gran relevancia fue el T600, vehículo que en 1985 revolucionó el concepto de aerodinámica. Las mejoras implementadas en su diseño representaron ahorros de combustible de hasta un 22% en comparación con los modelos que le antecedieron.
El 4 de junio de 1993, la compañía inauguró unas instalaciones más en Renton, Washington, para unirse a las de Seattle, Chillicothe, Canadá y México. Un mes después, se presentó la cabina/dormitorio integrado AeroCab.
Las innovaciones no se detuvieron y, en 1994, la armadora presentó su primer vehículo mediano: el T300, cuyo diseño estuvo basado en el T600.
En 1996, un nuevo jugador entró al mercado, el flamante T2000, modelo que volvió a dar un giro en materia de rendimiento, comodidad y estilo.
Unos años más tarde, en 2007, Kenworth presentó el T660, vehículo que hizo gala de mejoras aerodinámicas y un diseño mucho más elegante y audaz.
En 2010, comenzó la producción del T700, el Kenworth más aerodinámico y espacioso jamás construido.
En 2012, Kenworth presentó el T680, uno de sus modelos más emblemáticos, caracterizado por dar un nuevo salto en innovación, tecnología, aerodinámica, seguridad y confort.
La historia reciente de la compañía quedaría incompleta sin hacer referencia a uno de sus más recientes lanzamiento, el T680 Next Gen y posteriormente el totalmente renovado T380, una solución versátil tanto para reparto regional como para diversas aplicaciones vocacionales.
A la par de su gama actual, Kenworth apuesta por una movilidad cada vez más eficiente y libre de emisiones que le permita mantener el liderazgo que la ha caracterizado a lo largo de estos primeros 100 años de vida.
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México también es parte de la historia
El 25 de diciembre de 1959, mediante la consolidación de Utility-Vildósola y Pacific Car and Foundry se dio el nacimiento de Kenworth Mexicana. Desde entonces a la fecha, la planta de producción de la compañía en Mexicali, Baja California, se ha convertido en uno de los bastiones más importantes de la marca, complejo que si bien está dedicado en su mayoría a la fabricación de unidades para el mercado nacional, también atiende la exportación de vehículos en Estados Unidos, Perú, Colombia, Nicaragua, Honduras, Australia e Israel.
En 1981, esta planta alcanzó una producción diaria de 15 unidades, logrando comercializar 3,026 unidades en ese año. Para 1987, casi tres décadas después de fabricar el W900, la compañía incursionó en la fabricación del T800, modelo que pronto se convirtió en uno de los más apreciados por los empresarios y operadores en el país.
En 1991, llegó un nuevo participante al mercado mexicano, el T600, el cual vino a revolucionar el concepto aerodinámico en los vehículos de servicio pesado. Siete años después, se llevó a cabo el lanzamiento de su modelo T2000, fecha en la que además se alcanzó la producción diaria de 30 unidades.
El 2004 trajo consigo la celebración de los primeros 45 años de Kenworth Mexicana, fecha que conmemoraron con la producción de la unidad número 100,000. Para 2005 llegó el T660, sucesor de T600. En su primer año, se comercializaron 4,000 unidades de este modelo, convirtiéndose así en el más vendido del país.
La meta de producción de 200,000 unidades se concretó en 2012. Un año más tarde, se llevó a cabo el lanzamiento de la nueva generación de unidades de la armadora, mismos que, a la fecha, se han convertido en los más emblemáticos de su gama, el T680 y T880, así como su motor PACCAR MX-13.