Gabriela Osorio y Rolando Montalvo se conocieron trabajando para la misma industria. Ella lo hacía para una empresa logística y él para una de autotransporte. Hicieron clic y se casaron mientras continuaban cada uno con su empleo. No lo sabían, pero ahí empezó la historia de ROELCA.

Un buen día, en 2009, ella renunció a su trabajo y se dedicó a lo mismo, pero de forma independiente. Consiguió algunos primeros clientes y fue sentando las bases de la empresa familiar. Rolando siguió en su empleo, pero también ayudaba con ideas, contactos y mucho diálogo. 

Para eso tuvo que recurrir a un crédito que le ofreció un amigo, a fin de hacer las primeras inversiones. No era mucho dinero y rápido lo pagaron. Así fueron los primeros años de ROELCA, empresa que se llama así por las primeras letras de los nombres de sus hijas: Rotcéh, Elsa y Camila. La cuarta y más pequeña Zoé nació después.

En 2012 uno de los clientes más importantes que habían conseguido dejó de trabajar con ellos, y fue justo en ese momento cuando nació la inquietud de comprar un camión. Hasta el momento, ROELCA hacía las gestiones y los contactos entre usuarios y proveedores de autotransporte, además de quienes hacían el servicio de transfer.

Al final sí compraron aquel primer camión y lo metieron como permisionario en la empresa para la que trabajaba Rolando. El vehículo empezó a generar mientras Gaby seguía administrando el negocio. 

Luego de mucho trabajo, disciplina y esfuerzo, se hicieron de un segundo camión, que también lo metieron a carretera, hasta que en 2013 vieron una oportunidad en el transfer. Diversificaron la operación, fletes y cruces. 

La flota fue creciendo y los tractos recién llegados entraban directo al transfer. Esos años fueron de bonanza prácticamente de 2013 a 2019, incluso Rolando renunció a su empleo en 2015 y se dedicó de lleno al negocio familiar. ROELCA se estaba consolidando. 

Llegó un punto de la empresa en que el cruce fronterizo representaba la mayoría de sus operaciones, incluso dándole trabajo a permisionarios que estaban listos a hacer sinergia y solventar la creciente demanda que estaba teniendo el negocio logístico. 

Para 2019 volvieron a equilibrar la operación entre ambos giros y la pandemia fue un parteaguas para la compañía, pues el ritmo no solo no se detuvo, sino que creció de forma exponencial. 

Rolando Montalvo cuenta para TyT que hoy tienen más de 40 permisionarios aliados que les proveen servicio de transfer, ya que la flota de la empresa no se da abasto para atender tanto trabajo. 

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Gaby, en tanto, ha logrado maestría para administrar las operaciones, pues otro punto clave para este último crecimiento fue obtener la certificación C-TPAT, lo que sin duda hace la diferencia con quienes no la tienen. 

Esta profesionalización provocó el crecimiento físico y simbólico de ROELCA, pues ahora requerían oficinas más grandes, un patio y personal capacitado para atender las labores que antes solo hacían Rolando y Gaby.

Hoy siguen aprovechando el boom del comercio internacional en Nuevo Laredo y saben que hay más oportunidades de negocio, sin embargo, no se quiere comer todo el pastel de un solo bocado. Van con pasos firmes y bien pensados, como el crecimiento de la flota y la segmentación total de cada una de sus operaciones, a fin de dar un servicio más eficiente y personalizado.